En la actualidad cada vez son más las personas que deciden llevar un estilo de vida más saludable y optan por una alimentación sin gluten, ya sea porque son intolerantes o alérgicos a esta conocida proteína, que como es sabido, se encuentra en cereales como trigo, centeno, cebada, entre otros.

Tanto la intolerancia como la alergia al gluten están muy relacionadas, sin embargo, tienen sus diferencias marcadas. Para conocerlas debemos tener claro lo que son cada una.

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¿Qué es la alergia al gluten?

Lo primero que se debe tener presente es que una alergia es una reacción del sistema inmunológico hacia algo que molesta o afecta nuestro organismo, pero que no molesta a la mayoría de las demás personas. Ahora bien, la alergia al gluten,  es una enfermedad inmune que se presenta como una respuesta inadecuada de nuestro organismo cuando existe presencia de proteínas de trigo, en este caso el gluten. Nuestro cuerpo a través del sistema inmune se defiende con anticuerpos conocidos como inmunoglobulinas (Ig) de los tipos A, G, E, M, D. Cuando se presenta una alergia a las proteínas del trigo, el tipo de inmunoglobulinas que actúa son las del tipo E.Esta lo que hace es que reconoce como extraño y peligroso a las proteínas del trigo, lo cual desencadena una reacción rápida e intensa de nuestro organismo, generalmente síntomas de alergia.

Esta condición esta presente en una parte muy baja de la población mundial y puede ser desarrollada a cualquier edad, ya sea un pequeño lactante o un adulto mayor. Los síntomas típicos de la alergia al gluten son: diarrea, flatulencias, pérdida de peso, sangrado digestivo, dolor abdominal, vómito, laringitis, rinitis, tos, conjuntivitis, erupciones cutáneas, irritabilidad, insomnio, depresión, náuseas, cefaleas o migrañas.  Se diagnostica mediante una serie de exámenes con la finalidad de evaluar si existe la presencia de anticuerpos específicos a la proteína de trigo del tipo inmunoglobulinas E (IgE).

Por otro lado, su tratamiento consiste en eliminar por completo las proteínas de trigo. Con el tiempo y el debido seguimiento como lo hacemos en los programas de nutrición funcional, un paciente puede llegar a superar la alergia y quizás podría volver a consumir alimentos con proteínas de trigo sin ningún problema.

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¿Qué es la intolerancia al gluten?

También conocida como Sensibilidad no Celiaca al Gluten, la intolerancia al gluten es una enfermedad relativamente nueva de la cual se sabe aún muy poco.  Suele ser confundida con la enfermedad celiaca e incluso con la alergia al trigo o gluten debido al parentesco en cuanto a los síntomas que los pacientes padecen.  Esta enfermedad básicamente se trata de personas que presente una serie de síntomas luego de haber ingerido alimentos que contienen gluten, en las cuales el examen o estudio de enfermedad celiaca sale negativo. Posee una serie de síntomas digestivos como: diarrea, dolor abdominal, náuseas, distención abdominal (hinchazón), flatulencias y otros síntomas no digestivos como: dolor de cabeza, adormecimiento de manos y pies, fatiga, dolores musculares, confusión. 

Su diagnostico parte desde el punto en el cual el paciente afectado se ha realizado los exámenes correspondientes para verificar si sufre de enfermedad celiaca o alergia a las proteínas del trigo, y en ambos casos los resultados salen negativos. A partir de aquí, el tratamiento consiste en eliminar el gluten a través de un protocolo guíado con el fin de observar el impacto al no tenerlo presente. (eliminar los síntomas que padece) Con esto como base, se evidencia que tanto se debe consumir gluten como siempre lo ha hecho o bajar el consumo del mismo hasta eliminarlo por completo. 

¿Cuál es la diferencia entre alergia e intolerancia en este caso?

Como se puede observar, son pocos los puntos que van a permitir fijar las diferencias entre la intolerancia y la alergia al gluten, ya que son muchas más las semejanzas. Sus síntomas son sumamente idénticos, razón por la cual los pacientes tienden a confundirlas entre sí. Sin embargo, lo que las puede llegar a diferenciar la una de la otra es el resultado del diagnóstico médico. Cualquiera que sea el caso, lo importante es observar el comportamiento de sintomas, reacciones y sensaciones cuando está presente el consumo de gluten y cuando se deja de consumir. 

Siempre pienso que nunca podremos saber lo que funciona o no funciona si no nos hemos dado la oportunidad de experimentarlo. Si estas considerando hacer el ejercicio, mi primera recomendación es que lo hagas de la mano de un profesional, por ejemplo a través de mis programas de nutrición funcional.
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Si buscas alimentarte sin gluten…busca alimentos que son naturalmente libres de gluten, en vez de buscar empaques que se vendan con “gluten free”